Conversar es un arte que se puede aprender y mejorar. En este artículo veremos los errores más frecuentes que cometemos al hablar con otras personas, para saber identificarlos y corregirlos. Mejorar nuestras habilidades comunicativas hará que las charlas sean más amenas y productivas. En esencia, hablaremos de esto:
- 💬 Mostrar impaciencia o prisa
- 😡 Hablar a gritos
- 🤬 Usar lenguaje vulgar u ofensivo
- 🎤 Hacer monólogos sobre temas propios
- 🙊 Contestar solo con monosílabos
- ⬆️ Dejar frases inacabadas
- 🤐 Abusar de las muletillas
- ❓ Pedir confirmación con interrogativos
- 🛑 Interrumpir
- 🙍 No controlar las expresiones faciales
- 👀 No mirar a los ojos
- 😶 Hablar con la boca llena
- 🚫 Temas de conversación a evitar
- 📚 Cómo mejorar tus habilidades comunicativas
Mostrar impaciencia o prisa
Cuando tenemos prisa o estamos estresados, lo transmitimos inconscientemente a través de nuestro lenguaje corporal y gestos. La otra persona percibirá esta impaciencia y falta de interés. Procura relajarte antes de iniciar cualquier conversación, para estar tranquilo y transmitir calma.
Usa un tono pausado y una postura abierta, sin mirar el reloj ni moverte nerviosamente. Así demostrarás que estás centrado en la charla y no tienes prisa por terminar. Esto motivará a tu interlocutor a expresarse con confianza.
Hablar a gritos
Elevar mucho la voz resulta muy desagradable e incómodo. Los gritos suenan agresivos y pueden generar alarma o sensación de amenaza en los demás.
Modula el volumen para que se te escuche bien sin necesidad de gritar. Un tono medio será perfecto. Debes adecuar el volumen al entorno, hablando más alto en lugares ruidosos y más bajo si estás cerca.
Usar lenguaje vulgar u ofensivo
Las palabras groseras, los insultos o los tacos están mal vistos por la mayoría de personas. Este tipo de lenguaje solo es aceptado en ambientes muy informales o por gente con poca educación.
Opta por un vocabulario respetuoso y cuidado que no hiera sensibilidades. Así te granjearás el aprecio de tus oyentes. Un léxico rico y variado denota inteligencia y buena educación.
Hacer monólogos sobre temas propios
Acabarás aburriendo si solo hablas de lo que a ti te interesa, sin dejar que otros intervengan. La conversación debe ser un intercambio bidireccional de ideas donde todos participen.
Pregunta la opinión de los demás y deja que hablen. Muestra curiosidad por sus vidas y puntos de vista diferentes al tuyo. El diálogo se enriquece con distintas perspectivas.
Contestar solo con monosílabos
Limitarte a decir “sí”, “no”, “bien”, “vale” etc. corta la conversación. Es importante desarrollar un poco más las respuestas para que fluya el diálogo.
Tras el monosílabo añade algo más, pregunta a tu interlocutor o introduce otro tema. Tu objetivo es mantener viva y enriquecer la charla.
Dejar frases inacabadas
Es molesto cuando alguien comienza a decir algo y no termina la idea. Usar expresiones indefinidas como “y tal”, “y eso” denota desinterés en lo que se está contando.
Procura expresar ideas completas, aportando datos y detalles. Si mencionas algo, desarróllalo para que tenga sentido para el oyente. Él no puede adivinar lo que callas.
Abusar de las muletillas
Palabras como “osea”, “digo”, “pues”, “verás” se vuelven tediosas si se repiten en exceso. Restan fluidez a tu discurso y denotan inseguridad.
Graba tus conversaciones y detecta las muletillas que utilizas inconscientemente. Luego esfuérzate por reducirlas al mínimo. Tus charlas ganarán en fluidez y seguridad.
Pedir confirmación con interrogativos
Formular preguntas después de cada frase para pedir confirmación o aprobación, denota inseguridad y necesidad de validación. Por ejemplo: “Este gobierno debería bajar impuestos, ¿no crees?”
Habla con decisión sobre tus ideas y puntos de vista. Si quieres conocer la opinión de otro, pregúntale directamente sin anteponer la tuya.
Interrumpir
Interrumpir a los demás es de muy mala educación, porque demuestras impaciencia y poco interés en lo que dicen. Deja que los otros finalicen sus ideas antes de intervenir tú.
Espera el turno y no completes las frases ajenas, asumiendo lo que iban a decir. Respeta sus ritmos y forma de expresarse. El diálogo se construye escuchando activamente.
No controlar las expresiones faciales
Nuestras caras son un libro abierto. Los demás ven si estamos aburridos, cansados o enfadados. Una actitud negativa genera rechazo.
Sonríe de forma natural y muestra interés manteniendo el contacto visual. Asiente para indicar que sigues la conversación. Tu lenguaje corporal debe ir en consonancia con tus palabras.
No mirar a los ojos
Fijar la mirada en otro punto mientras hablas denota falta de interés o sinceridad. Mirar el móvil mientras conversas es aún peor, muy irrespetuoso.
Mantén un contacto visual directo pero relajado. Míralos a los ojos la mayor parte del tiempo. Enfocarás mejor la atención y conectarás con tus interlocutores.
Hablar con la boca llena
Es bastante desagradable e irrespetuoso hablar mientras se está comiendo, con la boca medio llena. Dificulta entender lo que dices.
Es mejor escuchar y asentir mientras comes, y hablar cuando la boca esté libre. Traga antes de intervenir. Si es imprescindible hablar, cúbrete discretamente con la servilleta.
Temas de conversación a evitar
Más que los gestos o forma de hablar, lo realmente importante es el contenido de nuestras conversaciones. Debemos evitar ciertos temas:
- Quejas y pesimismo: Si solo te quejas y ves todo negativo, acabarás agotando a los demás. Aporta soluciones y motivos para el optimismo.
- Críticas a terceros: Hablar mal de alguien que no está presente denota envidia y maldad. Evita difamar y condenar sin conocer bien los hechos.
- Ofender a los presentes: No menosprecies ni ridiculices a ninguno de los participantes en la charla. Respeta siempre.
- Temas polémicos: Evita discutir de política, religión u otras cuestiones conflictivas. No impongas tus opiniones.
- Chismorreo: El cotilleo improductivo no aporta nada bueno. Centraos en temas edificantes que sumen valor.
Cómo mejorar tus habilidades comunicativas
Aprender a conversar mejor requiere práctica y voluntad de mejora. Estas son algunas recomendaciones finales:
- Lee libros sobre comunicación eficaz, oratoria o habilidades sociales. Por ejemplo, los del autor Dale Carnegie.
- Haz un curso de oratoria o hablar en público. Te ayudará a conversar mejor en pequeños grupos.
- Pon atención a tus errores más frecuentes y esfuérzate por corregirlos. Graba tus conversaciones para detectar áreas de mejora.
- Ten conversaciones profundas sobre temas interesantes. Evita los diálogos superficiales y sin sustancia.
- Interésate sinceramente por las vidas y opiniones de los demás. Haz preguntas abiertas y escucha activamente las respuestas.
- Lee el libro Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, de Dale Carnegie. Te dará excelentes consejos prácticos.
- Practica hablando con todas las personas que puedas. Cada conversación te ayudará a perfeccionar tus habilidades sociales.
Mejorar la comunicación interpersonal requiere tiempo y práctica regular. ¡Pero merece la pena el esfuerzo! Lograrás conversaciones más amenas, valiosas y productivas.