Cuida tu salud intestinal evitando estos 3 alimentos

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Bacterias flotando cerca de las paredes intestinales.

La salud de nuestro cuerpo empieza en el intestino. Así lo decía Cervantes hace 500 años y seguimos corroborándolo hoy en día.

Cuidar nuestra salud intestinal es fundamental para gozar de buena salud en general. Por eso, es importante saber qué alimentos debemos evitar para no dañar nuestro intestino.

El azúcar, principal enemigo de la salud intestinal

El azúcar es, sin duda, uno de los principales culpables de problemas intestinales. Perjudica directamente a las células y promueve la inflamación.

Esta inflamación afecta a todo el tubo digestivo: intestino delgado, intestino grueso, estómago, etc. También repercute en órganos relacionados como el hígado, la vesícula o el páncreas.

Se ha comprobado que el consumo de azúcar se asocia directamente a:

  • Úlceras gástricas
  • Enfermedad de Crohn
  • Cálculos biliares

Por eso, es fundamental reducir al máximo el azúcar en nuestra dieta. Esto incluye evitar alimentos que lo contienen de forma natural y añadida.

Cuchara con azúcar.

Debemos leer bien las etiquetas de los productos y elegir opciones sin azúcar. Algunas alternativas más saludables son:

  • Melaza
  • Miel
  • Azúcar integral de caña
  • Stevia natural

Los edulcorantes artificiales también son perjudiciales

A veces pensamos que los edulcorantes artificiales pueden sustituir al azúcar de forma saludable. Pero esto no es así.

También se ha demostrado su relación con graves problemas de salud:

  • Cáncer
  • Alteraciones del sistema nervioso
  • Daño intestinal

Por ejemplo, la fructosa se relaciona con la enfermedad del hígado graso no alcohólico. En diabéticos, acelera el daño de los vasos sanguíneos.

Los polialcoholes (xilitol, sorbitol, etc) dañan directamente las células intestinales. Provocan gases, molestias y alteran la microbiota intestinal.

Así que los edulcorantes artificiales deben evitarse por completo. Presta atención a su presencia en bollería industrial, chicles o refrescos.

Aceites refinados: generan inflamación e intoxican el organismo

El segundo grupo de alimentos que perjudican la salud intestinal son los aceites refinados. Promueven la inflamación y la formación de radicales libres que dañan nuestros tejidos.

Esto se debe al procesamiento industrial que sufren los aceites. En sus inicios pueden ser saludables, pero al refinarlos se generan sustancias tóxicas y se eliminan sus nutrientes.

Por ejemplo, el aceite de girasol crudo es muy beneficioso. Pero al refinarlo industrialmente, se vuelve perjudicial para la salud.

Depositando una gota de aceite con un gotero.

Los aceites también pueden volverse tóxicos en casa, si se calientan en exceso y empiezan a humear. Esto indica que se han quemado y alterado su composición natural.

Para cocinar, lo mejor es usar aceite de oliva virgen extra o aceite de coco. Son más estables y resisten mejor las altas temperaturas.

Otros como el de lino o aguacate son delicados y se oxidan con facilidad. Deben usarse crudos y en pequeñas cantidades.

Alimentos con lectinas: antinutrientes y disruptores intestinales

El tercer grupo de alimentos que perjudican la salud intestinal contienen lectinas. Se trata de proteínas de defensa de las plantas que actúan como antinutrientes y toxinas para el ser humano.

Las principales fuentes de lectinas son:

  • Cereales integrales y granos (trigo, cebada, arroz, avena, etc.)
  • Legumbres
  • Solanáceas (tomate, berenjena, pimiento, patata)
  • Productos lácteos

Las lectinas actúan de diversas formas contra la salud:

  • Irritan y dañan las células intestinales
  • Dificultan la absorción de nutrientes
  • Causan inflamación
  • Alteran el funcionamiento hormonal
  • Aumentan la viscosidad de la sangre
  • Promueven enfermedades autoinmunes

Uno de sus principales efectos es aumentar la permeabilidad intestinal. Esto permite el paso de sustancias dañinas al torrente sanguíneo, relacionándose con múltiples enfermedades.

Algunos ejemplos de lectinas son:

  • Gluten: presente en trigo, cebada y centeno
  • Solanina: en tomates, pimientos, patatas y berenjenas
  • Caseína A1: en la leche de vaca industrial

¿Cómo reducir el impacto de las lectinas?

Ante este panorama, ¿debemos eliminar totalmente los alimentos con lectinas? No es lo ideal, ya que nos privaríamos de nutrientes esenciales.

Lo mejor es:

  • Moderar su consumo
  • Aplicar técnicas culinarias para reducir su potencia: cocción, remojo, fermentación, pelado, etc.
  • Evitarlos por completo si provocan síntomas digestivos o enfermedades asociadas.

La tradición nos muestra trucos útiles como pelar las patatas, poner en remojo legumbres y cereales o quitarles las pepitas a los pimientos.

Paso a paso hacia una salud intestinal óptima

Mejorar nuestra salud intestinal lleva tiempo, pero merece la pena. Un buen punto de partida es evitar los alimentos más dañinos:

  • Azúcar y edulcorantes artificiales
  • Aceites refinados
  • Fuentes de lectinas irritantes

Luego, podemos incorporar otros hábitos positivos:

  • Dieta antiinflamatoria
  • Más frutas y verduras frescas
  • Prebióticos y probióticos
  • Ejercicio físico
  • Reducción del estrés
  • Suplementos beneficiosos

Poco a poco iremos notando como nuestro intestino se fortalece. Y con ello, mejorará nuestra salud física y mental.

Cuidar nuestro intestino es cuidarnos a nosotros mismos. Merece la pena el esfuerzo por llevar una alimentación consciente y un estilo de vida saludable. Nuestro cuerpo nos lo agradecerá.

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