Las plantas son seres vivos fascinantes, con habilidades increíbles que aún estamos descubriendo. El botánico Stefano Mancuso lleva 30 años estudiando la inteligencia de las plantas y nos comparte sus hallazgos.
Quién es Stefano Mancuso
Stefano Mancuso es un renombrado científico italiano, fundador del Laboratorio Internacional de Neurobiología Vegetal. Desde 2005 se ha dedicado a investigar la inteligencia de las plantas, estableciendo laboratorios alrededor del mundo.
Mancuso no solo hace investigación, también escribe libros de divulgación para dar a conocer las capacidades del mundo vegetal. Su pasión por las plantas nació durante la universidad, cuando empezó a entenderlas realmente.
Ideas clave:
- 👁🗨 Las plantas tienen sentidos e inteligencia que no conocemos
- 🧠 Pueden memorizar, aprender y cuidar a sus hijos
- 🌳 Necesitamos una conversión ecológica para colaborar con ellas
- 💚 Mejoran nuestra salud física y mental
- 🔬 Pueden inspirarnos a crear soluciones innovadoras
Las plantas tienen una inteligencia muy superior a la que creemos
Las plantas no son para nada seres pasivos o inertes. De hecho, poseen habilidades sensoriales y perceptivas mucho más desarrolladas que los humanos y animales.
Mancuso explica que las plantas pueden tener hasta 15 sentidos, mientras que los humanos solo tenemos 5. Ellas pueden percibir campos electromagnéticos, gradientes químicos, la presencia de patógenos y muchos otros estímulos imperceptibles para nosotros.
Esta alta sensibilidad les permite detectar cambios en su entorno con mucha anticipación. Así pueden modificar su fisiología y anatomía para adaptarse, algo imposible en humanos como nosotros.
Por ejemplo, las plantas reducen su tamaño y crecimiento cuando hay escasez de agua o nutrientes. Los humanos siempre requerimos la misma cantidad de recursos para sobrevivir.
Las plantas tienen memoria, aprenden y cuidan a sus hijas
Otra capacidad asombrosa de las plantas es que pueden memorizar e incluso mostrar curvas de aprendizaje. Es decir, resuelven mejor un problema la segunda vez que se presenta.
Mancuso demostró esto con un experimento en la planta Mimosa pudica. Tras repetidas exposiciones a un estímulo inofensivo, la Mimosa aprendió a no reaccionar cerrando sus hojas. Incluso recordaba esta lección después de 2 meses.
Las plantas también cuidan a sus hijas (las plántulas) durante periodos muy largos, igual que los humanos. Por ejemplo, los árboles de un bosque alimentan a sus retoños a través de las raíces, permitiendo que sobrevivan a la sombra durante años antes de ser independientes.
Cómo podemos colaborar y aprender de las plantas
Para colaborar con las plantas y la naturaleza, primero debemos dejar de verlas como recursos inferiores. Necesitamos una conversión ecológica que nos haga entender que no estamos por encima, sino que somos parte de la naturaleza.
Las plantas pueden inspirarnos modelos alternativos de organización social y materiales innovadores. Si queremos sobrevivir al cambio climático, debemos imitar su resiliencia y vida en comunidad.
En nuestras ciudades deberíamos incorporar muchas más áreas verdes, tal vez reduciendo calles. Las plantas mejoran nuestra salud física y mental, reduciendo la contaminación, la temperatura y el estrés.
Queda claro que las plantas son seres fascinantes e inteligentes. Tienen capacidades únicas que podemos aprender a valorar y emular. Como dice Mancuso, si logramos una verdadera colaboración con ellas, las plantas pueden proveernos soluciones a los desafíos globales que enfrentamos.